INGREDIENTES
- 3 patatas medianas
- 25 gr de mantequilla
- Sal y pimienta
- 200 ml de leche
- 1 cucharadita colmada de tomillo
PREPARACIÓN
Vamos a intentar preparar un buen puré de patatas. Para ello intentaremos elegir patatas que tengan un alto porcentaje de fécula, que sean harinosas. Buscando por Internet (no soy yo una especialista en patatas 😇) he encontrado las siguientes variedades: Baraka, Kennebec o Monalisa. En todo caso también las venden ya “especiales para cocer” o “para freír”, elegimos las primeras y listo.
Una vez elegidas las patatas, que han de ser del mismo tamaño para que el punto de cocción sea el mismo, las lavamos bien y las cocemos con piel. De esta manera evitamos que el agua entre en la patata y la deje aguada.
Las cocemos en agua y sal durante 30 minutos o menos si utilizamos olla a presión (con unos 17 será suficiente)
Mientras tanto ponemos la leche en un cazo con una cucharadita de tomillo, llevamos a ebullición y en cuanto rompa a hervir apagamos el fuego y dejamos enfriar.
Cuando ya ha pasado el tiempo de cocción de las patatas las escurrimos y quitamos la piel con cuidado de no quemarnos. Las chafamos con un tenedor, pasapuré o colador chino, pero evitamos utilizar batidora para queno se quede chicloso.
Nos queda incorporar la mantequilla, que es importante que esté a temperatura ambiente para que se derrita con el calor de la patata, así como la leche infusionada con el tomillo (la colamos antes para no echar la hierba). Rectificamos de sal y listo, ya tenemos el puré con el toque de tomillo preparado.